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31 enero 2013

Mateo 5:20

Yo se lo digo: si no hay en ustedes algo mucho más perfecto que lo de los fariseos, o de los maestros de la Ley, ustedes no pueden entrar en el Reino de los Cielos.

30 enero 2013

Proverbios 1:7


El temor del SEÑOR es la base del verdadero conocimiento, pero los necios desprecian la sabiduría y la disciplina.

28 enero 2013

Conforme al Modelo

Conferencia dictada por el Apóstol Henry Hernández... No apta para religiosos!

http://www.goear.com/listen/10ab7a8/conforme-al-modelo-henry-hernandez

Inteligencia en el Reino


Como acto de agradecimiento por la cosecha, solían ofrendar los campesinos, no sólo en Israel, las primicias de ella a la divinidad. En tiempos antiguos, las ofrendas seguramente fueron voluntarias, y la clase de su ofrecimiento diferente. Sin embargo, la ley israelita hizo obligatoria esta costumbre para los israelitas, detallando y aumentando poco a poco esta obligación.
Se dice que surgió la costumbre de que cada localidad enviara a un representante con las primicias contribuidas por los habitantes del distrito, para que no tuvieran que subir todos a Jerusalén cada vez que maduraban las primicias. La Ley no determinaba la cantidad de las primicias que habría de ofrecerse, sino que se dejaba a la generosidad y espíritu dispuesto del dador. Sin embargo, tenían que ofrecerse las porciones más selectas, lo mejor (Números 18:12).
La palabra traducida como “Primicias” en el Antiguo Pacto, viene del hebreo, que puede significar: “primer fruto” o “el más temprano”, "comienzo del fruto" o "fruta selecta". Las primicias eran las ofrendas presentadas a Dios como señal de lealtad de parte del adorador. Normalmente llegaban a ser propiedad del sacerdote (Deuteronomio 18:3-4), aunque se registra por lo menos una vez que se presentaron a un profeta (2 Reyes 4:42). La naturaleza de la ofrenda de las primicias se enfatiza en 2 formas: 1) Consistía en la parte de la cosecha que maduraba más temprano. 2) Era la más escogida.  Se hacían ofrendas especiales de primicias en cada una de las 3 grandes fiestas anuales de Israel: la de los Panes sin Levadura, la de Pentecostés y la de los Tabernáculos.
Así como Dios afirmaba Su propiedad de los primogénitos de hombre y animales, igualmente demandaba los primeros frutos de las labores en el campo (Éxodo 23:19), como reconocimiento de Dios como el dador de ellos, y en muestra de agradecimiento por Sus dones. Habiendo consagrado las primicias a Dios, el hombre podía disfrutar con limpia conciencia del resto de los bienes. El que se ofrecieran las primicias fielmente, agradaba al Señor, y suponía una bendición para todos los implicados (Ezequiel 44:30).
Si bien Dios les exigió a los israelitas que dieran sus primicias en el Antiguo Pacto, el espíritu de dicha ley está claramente reflejado en Deuteronomio 6:4-5. Dios deseaba ocupar el primer lugar en la vida de su pueblo. Ahora, aun cuando Jesús cumplió la Ley, le dejó claro a su audiencia que debía buscar el Reino de Dios por encima de todas las cosas (Mateo 6:33). Las primicias al Señor, son para nosotros (aquellos que vivimos en un Nuevo Pacto), un estilo de vida, más allá de un ritual legalista (Romanos 12:1; Gálatas 2:20; Hechos 4:32-35).

Y siendo que toda nuestra vida es entregada a Dios como primicias, es obvio que esa entrega incluye nuestras finanzas, pues ellas son parte de nuestras vidas. Así que, si los israelitas (en el Antiguo Pacto), inteligentemente entregaban sus primicias fielmente al Señor. ¡Cuánto más nosotros, que vivimos en el Pacto eterno de la gracia de Dios! Entregamos nuestras primicias, no como una imposición, sino con una actitud agradecida e inteligente, declarando la Palabra del Reino dada a nuestras vidas, conscientes de que no buscamos la bendición de Dios, pues ya hemos sido bendecidos (Efesios 1:3).

26 enero 2013

Salmo 24:8

¿Quién es el rey de la gloria? El Señor, el héroe, el poderoso; el Señor, el héroe de la guerra. 

25 enero 2013

Efesios 1:3


Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo.

24 enero 2013

Números 23:19


Elohim no es un humano que miente ni como un hijo de hombre para ser amenazado. ¿Dirá El y no lo hará? ¿Hablará El y no cumplirá Su palabra?

23 enero 2013

Jeremías 51:18


Los ídolos son inútiles; ¡son mentiras ridículas! En el día del juicio todos serán destruidos.

22 enero 2013

Hebreos 10:26-27


Queridos amigos, si seguimos pecando a propósito después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda ningún sacrificio que cubra esos pecados. Sólo queda la terrible expectativa del juicio de Dios y el fuego violento que consumirá a sus enemigos.

21 enero 2013

Isaías 45:16


 Todos los que hacen ídolos serán avergonzados y humillados, y juntos marcharán con su humillación.

19 enero 2013

16 enero 2013

Hebreos 11:8

Fue por la fe que Abraham obedeció cuando Dios lo llamó para que dejara su tierra y fuera a otra que él le daría por herencia. Se fue sin saber adónde iba.

15 enero 2013

Filipenses 3:1


Mis amados hermanos, pase lo que pase, alégrense en el Señor. Nunca me canso de decirles estas cosas y lo hago para proteger su fe.

14 enero 2013

Salmo 19:8-10


Las leyes de Dios son justas, hacen feliz a la gente. Los mandamientos del Señor son buenos, le muestran a la gente el camino correcto a seguir. El temor del Señor es puro, permanece para siempre en la tierra. Las decisiones del Señor son siempre justas; todas ellas son correctas. Sus enseñanzas valen más que el oro puro; son más dulces que la miel recién salida del panal. 

11 enero 2013

Salmo 103:22

Alabe al SEÑOR todo lo que él ha creado, todo lo que hay en su reino. Que todo lo que soy, alabe al SEÑOR.

06 enero 2013

Gálatas 1:11

Queridos hermanos en Cristo, quiero que les quede claro que nadie en este mundo inventó la buena noticia que yo les he anunciado.

03 enero 2013

Gálatas 1:8-9


Si alguien —ya sea nosotros o incluso un ángel del cielo —les predica otra Buena Noticia diferente de la que nosotros les hemos predicado, que le caiga la maldición de Dios. Repito lo que ya hemos dicho: si alguien predica otra Buena Noticia distinta de la que ustedes han recibido, que esa persona sea maldita.

Hebreos 13:1

Ustedes son hermanos en Cristo, así que sigan tratándose unos a otros con amor.