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15 febrero 2013

Romanos 12:2-21

No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta. Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí, más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado. Pues así como cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función, también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás. Dios, en su gracia, nos ha dado dones diferentes para hacer bien, determinadas cosas. Por lo tanto, si Dios te dio la capacidad de profetizar, habla con toda la fe que Dios te haya concedido. Si tu don es servir a otros, sírvelos bien. Si eres maestro, enseña bien. Si tu don consiste en animar a otros, anímalos. Si tu don es dar, hazlo con generosidad. Si Dios te ha dado la capacidad de liderar, toma la responsabilidad en serio. Y, si tienes el don de mostrar bondad a otros, hazlo con gusto. No finjan amar a los demás; ámenlos de verdad. Aborrezcan lo malo. Aférrense a lo bueno. En el amor entre hermanos, demuéstrense cariño, estimando a los otros como más dignos. Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu. Alégrense por la esperanza segura que tenemos. Tengan paciencia en las dificultades, y sigan orando. Estén listos para ayudar a los hijos de Dios cuando pasen necesidad. Estén siempre dispuestos a brindar hospitalidad. Bendigan a quienes los persiguen. No los maldigan, sino pídanle a Dios en oración que los bendiga. Alégrense con los que están alegres, y lloren con los que lloran. Vivan en armonía unos con otros. No sean tan orgullosos, como para no disfrutar de la compañía de la gente común. ¡Y no piensen que lo saben todo! Nunca devuelvan a nadie mal por mal. Compórtense de tal manera, que todo el mundo vea que ustedes son personas honradas. Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos. Queridos amigos, nunca tomen venganza. Dejen que se encargue la justa ira de Dios. Pues dicen las Escrituras: «Yo tomaré venganza; Yo les pagaré lo que se merecen», dice el SEÑOR. Pero, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer, si tiene sed, dale de beber, así le sacarás los colores a la cara. No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.

4 comentarios:

Eduin Fernández Barroeta dijo...

En la comunidad debe reinar la paz, bien porque no hay ofensas, o porque se busca la reconciliación.

Eduin Fernández Barroeta dijo...

No basta la práctica de reglas mejores, sino que debemos esforzarnos constantemente por descubrir, meditar y comprender la voluntad de Dios en todos los acontecimientos de nuestra vida.

Unknown dijo...

amennn

Unknown dijo...

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