Mientras vivimos en este cuerpo terrenal, gemimos y suspiramos, pero no es que queramos morir y deshacernos de este cuerpo que nos viste. Más bien, queremos ponernos nuestro cuerpo nuevo para que este cuerpo que muere sea consumido por la vida.Dios mismo nos ha preparado para esto y, como garantía, nos ha dado su Espíritu Santo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario