El término misericordia proviene del latín “misericordia”,
y según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), es la “virtud que
inclina el ánimo a compadecerse de los trabajos y miserias ajenos”. En primera
instancia, la palabra miseria podría parecer odiosa en esta época, en donde hay
tantas corrientes (filosóficas y/o religiosas) que hacen demasiado énfasis en
la prosperidad. No obstante, es importante apreciar que “miseria” puede
significar: “Desgracia, trabajo, infortunio” (DRAE), y es ese justamente el
estado por el que pasa toda persona a la que no se le ha revelado Cristo como
Señor y Salvador: sin gracia de Dios (desgracia), sin fortuna (infortunio)… En
tal sentido, se necesita de la misericordia de Dios para avanzar hacia el
estado de vida plena preparado por el Creador para sus hijos (Juan 10:10).
Ahora bien, más allá del origen de la palabra
en español, vale la pena decir que la determinación del concepto de la
misericordia en las Escrituras puede resultar un poco complicada, por el hecho
de que “misericordia”, “misericordioso” y “tener misericordia” son traducciones
de varias raíces hebreas y griegas diferentes que, en otros casos, se traducen
por medio de otros sinónimos, tales como “bondad”, “gracia”, “favor” (y verbos
relacionados). La ilustración de este concepto requeriría un conjunto de
círculos lingüísticos parcialmente coincidentes.
Lo que se entiende por misericordia de Dios en
el Antiguo Testamento, es mostrado como característica propia de Dios:
“Si tomas el abrigo de tu prójimo como
garantía por un préstamo, se lo devolverás antes de la puesta del sol. Puede
ser que este abrigo sea la única manta que tiene para abrigarse. ¿Cómo podrá
dormir sin abrigo? Si no se lo devuelves y tu prójimo clama a mí por ayuda, yo
lo oiré, porque soy misericordioso [hannún]”
(Éxodo 22:26-27 – NTV).
La palabra hebrea “hannún” (traducida en el
pasaje anterior como “misericordioso”) es traducida en inglés como “gracious” (King James Version), que
significa: “cortés, gentil, cordial”. También, la English Standard Version
traduce “compassionate” (compasivo),
y se halla a menudo junto con “rahhúm” (clemente, compasivo o misericordioso),
el cual se expresa para señalar aquel sentimiento íntimo, profundo y amoroso
que liga a dos personas por lazos de sangre o de corazón. Por ejemplo: “Mas tú,
Señor, Dios misericordioso [rahhúm] y clemente [hannún]…” (Salmos 86:15 – SSE),
muestra cómo estos términos pueden ser traducidos indistintamente como
misericordia, dependiendo del contexto.
Es evidente entonces, que el término “misericordia”
puede verse desde un punto de vista positivo, considerando que aparece
mayormente en aquellos pasajes bíblicos en los que Dios muestra su amor de una
u otra forma. Más allá de eso, cualquier especulación al respecto, es
secundaria, pues la claridad de su uso uniforme en las Escrituras, opaca
rotundamente a aquellos versículos que pudiesen no ser tan claros.
Por otro lado, además del término mencionado,
una de las palabras hebreas más importantes en el Antiguo Pacto (aparece 240
veces) traducida como “misericordia” es: “hesedh”, la cual yace en el centro de
la revelación que el Señor dio de sí mismo en relación con su actitud para con
su pueblo. Su “hesedh” está arraigada con su gracia, como se puede apreciar en Génesis
19:19 (LBLA): “Ahora he aquí, tu siervo ha hallado gracia ante tus ojos, y has engrandecido tu misericordia [hesedh] la cual me has mostrado salvándome la vida…”.
Según lo revelado en las Escrituras (en el
contexto del Nuevo Pacto), la misericordia
es la disposición a no ejecutar la justicia cuando ésta es punitiva. La palabra
“misericordia” comunica con bastante frecuencia la idea de abstenerse o
retraerse, por ejemplo, de castigar; es el acto de condonar un merecido
castigo. “El pago que da el pecado es la muerte…” (Romanos 6:23 – DHH), pero el
mismo Dios proveyó la expiación por el pecado, y de esa manera mostró Su
misericordia, es decir, que Dios no entrega a sus hijos a la consecuencia
natural del pecado, la cual es la condenación, sino que por Su misericordia, “al
que no conoció pecado [Cristo], por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros
llegáramos a ser justicia de Dios en Él” (2 Corintios 5:21 – BTX).
La palabra griega éleos (que significa:
manifestación externa de la compasión) es utilizada en el Nuevo Testamento, y
traducida comúnmente como misericordia. “Él nos salvó gracias a su misericordia
(éleos), no por algo bueno que hubiéramos hecho. Nos salvó lavándonos, dándonos
una vida nueva. Nos renovó por medio del poder del Espíritu Santo” (Tito 3:5 –
PDT).
“Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de
nuestro Señor Jesucristo. Dios es
nuestro Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo” (2 Co. 1:3). Los
hijos de Dios no deben tener una actitud pusilánime, miserable, suplicando a
Dios clemencia o misericordia, pues ya en Cristo eso es un hecho. Los hijos de
Dios deben tener una actitud de realeza, la cual los lleva a “mostrar a otros
la bondad de Dios [Su misericordia], pues él los ha llamado a salir de la
oscuridad y entrar en su luz maravillosa” (1 Pedro 2:9 - NTV).
En conclusión, hay que dar de lo que se ha
recibido, y no perder el tiempo con sentimientos y/o actitudes equivocadas. La
gracia de Dios se manifiesta con poder y autoridad, y con la revelación de
Cristo, la Iglesia no suplica; la Iglesia ordena. La misericordia fue mostrada al pueblo de Dios (desde el Antiguo Pacto)
para que éste gobernara (en el Nuevo Pacto), y eso no se debe olvidar…
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
Versiones de la Biblia:
·
Nueva Traducción
Viviente (NTV).
·
Sagradas Escrituras
en Español (SSE).
·
La Biblia de Las
Américas (LBLA).
·
Dios Habla Hoy (DHH).
·
Biblia Textual (BTX).
·
Palabra de Dios para
Todos (PDT).
Diccionarios:
·
Certeza.
·
J. D. Douglas y
Merrill C. Tenney. Editorial Mundo Hispano.
·
Perspicacia para
comprender las Escrituras. Watch Tower Bible.
·
Real Academia
Española.
·
VINE, William
(Antiguo y Nuevo Testamento). Editorial Caribe.